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XXI Jornadas de Senderismo Maleno - Próxima Ruta 6: Clausura en Ronda y alrededores.

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Domingo, 21/Abril/2024. - Más información en el grupo de Whatsapp.

miércoles, 3 de enero de 2018

Parque Natural Sierra de Huétor Santillán: Umbría de Bolones-Cañada del Sereno-El Púlpito-Fuente la Teja-Nacimiento Río Darro

Mirador de la Cruz - Huétor Santillán

Mi amigo Luís Díaz me invitó a conocer ésta parte del Parque Natural, que para mí, era como una zona" en blanco" en el mapa... Acordamos fecha: para el sábado, día 23 de diciembre de 2017.

Hay un dicho... y los dichos siempre tienen mucha razón, que dice: "El hombre propone y Dios dispone..."

La disposición de "Dios" llegó en la forma de una inoportuna gripe, que hizo que me quedara sin guía...


Acordamos su aplazamiento, en principio "sine die", en función de cómo evolucionara "su fuerte trancazo...".

A los pocos días, el enfermo evolucionó favorablemente, por lo que nos planteamos acordar una nueva fecha: el sábado, día 30 de Diciembre de 2017.

El día ha llegado, tras el paso de la borrasca "Bruno" (moda nueva en España, esto de poner nombres a las borrascas... bueno, pues "Bruno" ha sido la primera borrasca de este incipiente Invierno) y la previsión meteorológica nos augura un día "radiante"...

Hemos quedado en vernos a las 9 de la mañana, en el aparcamiento que hay frente al Restaurante "El Portillo", en Huétor Santillán.

He salido de El Romeral, poco antes de las 8 y en cuanto he bajado a la antigua carretera N-323, me he encontrado con la niebla (que aquí, junto a la Laguna del Padul es normal). Cuando he subido la Cuesta de la Casilla, dejando a la izquierda, el casco urbano de El Padul, la niebla no se ha disipado... y eso ya es raro... al pasar junto a la Urbanización El Puntal, la niebla sigue... y al pasar El Suspiro del Moro, donde se encuentra la divisoria de aguas (entre el Genil y el Guadalfeo), la niebla no se ha despejado…

Es sábado, víspera de "Año Viejo" y el tráfico en la autovía, a su paso por Granada, está tranquilo. Me desvío, para tomar la A-92, en dirección hacia Guadix, y comienzo a subir... pero la niebla persiste... Tan sólo, pasado el cruce de Alfacar, comienza a ceder... y cuando corono la subida, ya cerca de Huétor Santillán, desaparece... apareciendo ante mí, la imagen inmaculada de Sierra Nevada, cubierta con su resplandeciente manto nival…

He llegado pronto a Huétor Santillán... son las 8:40 A.M. y hace "fresquito"... esperando la llegada de Luís, doy una vuelta por el parque y saco alguna foto (de la estatua en bronce del jabalí y de la puerta de El Portillo) para mandársela a Luís, e informarle que ya he llegado...

Poco antes de las 9, llega Luís, acompañado de su fiel perrita, Balto.



Tras estirarse Balto y colocarle su correa, nosotros nos equipamos de mochila, bastones y gorro de lana, e iniciamos mi esperada ruta, acompañado del mejor guía que pudiera imaginar: mi amigo Luís y su "ayudante", que ya conoce éstos lugares, la fiel Balto.

Preparando a Baltita

Dejamos el aparcamiento y pasamos junto al parque y la Ermita de la Virgen de los Dolores, patrona de Huétor Santillán (obra del siglo XVI, que en su origen fue de propiedad privada y en el siglo XVII fue donada a la Iglesia).

Nos desviamos a la derecha, deteniéndonos un momento para contemplar la basa y la jamba romana (siglo I) que hay al inicio de la Cuesta de la Era, y después comenzamos la subida, tranquilamente…

Balto... tras el viaje en coche y el comenzar a calentar sus patitas, ha reactivado su cuerpo... y se ha aliviado "corporalmente"... Luís recoge el "mojón" con una bolsa... (porque no ha sido una "caquita") y cuando llegamos a la Era Grande de Huétor, buscamos una papelera, donde dejar el "regalo"...

La Era Grande de Huétor fue acondicionada en Octubre de 2011, por el Ayuntamiento: debido a que ya no cumplían sus funciones agrícolas (trillado de cereales) por la progresiva mecanización del campo, el Ayuntamiento decidió crear aquí un espacio lúdico y deportivo de carácter público (con pistas de voley playa, de petanca, mesa de ping pong y de pádel), además de un excelente mirador.

Seguimos subiendo y pasamos junto al Restaurante Mesón "El Molino Alto", que dejamos a la derecha. Abandonamos el casco urbano de Huétor Santillán y poco después pasamos bajo el puente de la autovía A-92.

Nos detenemos un poco al llegar a la zona de la Cueva del Señor, donde se encuentran un pilar, el depósito de agua potable de Huétor Santillán y la Cueva y el merendero. Nota: tanto el pilar como el merendero son de reciente construcción (abril de 2015).

Cueva del Señor

Tras pasar junto a la entrada de la Cueva del Señor, negra del hollín de las fogatas... iniciamos la subida por el sendero del pinar: limpio y como de 1 metro y medio de anchura, que va zigzagueando subiendo, a la sombra de los pinos, hasta llegar al Mirador de la Cruz Baja, donde, de momento, acabamos la primera parte de la subida.

Tras despojarnos de una capa de ropa, pues la subida, aunque no es dura, si ha hecho que el cuerpo entre en calor y comencemos a sudar; disfrutamos de unas vistas panorámicas espectaculares del casco urbano, de Sierra Nevada y del "mar de nubes" que cubre la Vega de Granada.

Seguimos nuestro camino y divisamos, a la izquierda, al otro lado del barranco del río Darro, el Cerro del Maúllo (1.328 metros), que fué núcleo de resistencia republicana durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y del que aún quedan restos de trincheras y armamento en sus alrededores. El nombre de "Maúllo" le viene del sonido que hacían los soldados y milicianos para indicar su presencia, imitando el "maullido" de un gato…

En frente, se eleva ante nosotros, el Cerro de la Cruz de Huétor Santillán (1.367 metros): Su cumbre está coronada por una cruz metálica, levantada en el lugar el 3 de mayo de 1970. Una costumbre del lugar: el día 3 de mayo (Día de la Cruz) suelen hacer los vecinos una bonita romería por estos parajes y subir hasta éste cerro.

Seguimos por un estrecho sendero, por la falda del Cerro de la Cruz de Huétor, que va manteniendo la cota y con una subida muy suave. El terreno es pizarroso y el sendero está limpio y bien conservado. No obstante, hay que caminar con precaución. Poco a poco, el "ruido" del tráfico de la autovía, va dando paso al agradable "silencio" de estos parajes... roto... por el delicado trino de los pajarillos…

El sendero nos va introduciendo en la Umbría y Dehesa de Bolones: una bonita zona de la Sierra que es fruto de una repoblación forestal, que hizo el ICONA, entre la década de 1950 y 1960.

El sendero nos ha llevado hasta un ancho camino, prácticamente llano. El piso del terreno es mullidito, esponjoso, prestoso para andar (debemos dar las gracias a las ansiadas lluvias que hemos tenido los últimos días).

Entramos en la zona del Vivero de Bolones. Vamos pasando junto a la frondosa vegetación que puebla el lugar, con preciosos ejemplares de pinos negral, silvestre, laricio y carrasco (naturales y de repoblación), quejigos, encinas, robles, cipreses, cedros del Atlas y del Líbano,  …
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!

Mi primera grata sorpresa vegetal del día, son los pinsapos: una especie en peligro de extinción que tiene su origen en la sierra gaditana de Grazalema y la malagueña de las Nieves y que fueron trasplantados a esta zona de la sierra de Huétor, donde se han naturalizado y se reproducen sin problemas.

Pinsapo

Hace "fresquito", pero es agradable caminar con esta temperatura…

Mi segunda y asombrosa sorpresa vegetal son las Secuoyas, de las que hay como un centenar: llamadas también "árboles del mamut" (se cree que convivieron con el "gran elefante", por lo que se les encuadra dentro de los grupos de vegetales fósiles vivientes). Se encuentran en un lugar, explanado y semi aterrazado, durante las campañas de plantaciones forestales que hizo el Icona. Las secuoyas fueron plantadas cuando solo tenían unos tres años de vida y alturas de poco más de metro y medio. Han logrado naturalizarse con el entorno y ya son ejemplares adultos y consolidados que han creado su propio ecosistema. Se reproducen y son utilizadas por otras especies para sobrevivir. Son el refugio de mamíferos como ardillas, que hacen sus nidos en las ramas más altas y de aves: carboneros, herrerillos, mitos, pinzones, picapinos y cucos, que aprovechan la densidad de sus hojas y los espacios entre las ramas como refugios perfectos contra las inclemencias del tiempo y los depredadores. Es el bosque habitado al que pertenecemos aún dentro de nuestra urbanita inconsciencia y que en estos mágicos momentos se abre paso en nuestros adentros.
Bosquecillo de secuoyas

Nos acercamos a tocar el tronco "esponjoso" de esta maravilla de la Naturaleza que es la secuoya... Pero también vemos que, al menos, un ejemplar... ha muerto.

Seguimos nuestro agradable camino, sorteando algunos charcos de agua de las lluvias de días pasados y algún tramo de terreno resbaladizo, en el que los bastones muestran su total utilidad…

Pasamos junto a un estanque-alberca, con rampa de acceso (para habilitar la entrada/salida de los animales anfibios...) donde llegan las aguas de la fuente de Bolones.

A la izquierda del camino, divisamos por primera vez el Peñón de Majalijar (1.861 metros) la máxima altura del Parque Natural: de naturaleza caliza, y desde la distancia que estamos, se le ve desprovisto de todo tipo de vegetación…

A la derecha, dejamos un pozo, cubierto. Y poco después nos desviamos a la izquierda, para acercarnos hacia la Casa Forestal de Bolones. Balto, experta y ya veterana, "perrita senderista" se anticipa siempre en el trayecto... y se detiene, a cada poco, para, sin apenas mirarnos, ver si la seguimos... y si es asi... continuar con su feliz ruta... en su peculiar mundo perruno…

Llegamos a la antigua Casa Forestal de Bolones, subiendo por un caminito flanqueado por cipreses. Fue construida por el antiguo ICONA, y se utilizó como vivienda de la guardería forestal y almacén de aperos y maquinaria utilizados en las labores forestales.

Casa forestal de Bolones

La encontramos "abandonada", sin uso, y al parecer, la Junta de Andalucía, la ha dejado "de la mano de Dios"... es una pena... porque ha comenzado a deteriorarse... y si no se le pone remedio alguno, en poco... ya será una ruina. Con una inversión mínima, se podría rescatar del ostracismo al que ha sido postrada por la Administración, y podría volver a ser de utilidad para la ciudadanía amante de la Naturaleza. Me da rabia, cuando la gente se queja de cómo perdimos el Tranvía de la Sierra y que nunca debió pasar eso... y eso ya no tiene remedio, por nuestra dejadez... Pero ésta Casa Forestal, aún está ahí... no entiendo, ni le veo lógica alguna, a su abandono y pienso que deberíamos salvarla, pese a la desidia de nuestra "pésima Administración"...

Apesadumbrados, damos una vuelta alrededor de la Casa y regresamos al camino.

Seguimos nuestra ruta y el camino nos lleva ahora hacia la zona de Los Peñoncillos. Algunos ejemplares de castaños y cipreses de varias especies, nos amenizan con su presencia éste grato paseo por la Umbría de Bolones.

Llegamos a un cruce, donde el camino que traemos está cerrado al paso de vehículos no autorizados por un cable metálico. Continuamos y, poco después, llegamos junto a la Casa Forestal de Los Peñoncillos: ubicada en pleno parque natural. En la actualidad es utilizada por la Fundación para la Integración Social del Enfermo Mental: para atender a personas mentalmente discapacitadas en programas ocupacionales y actividades medioambientales.

Casa forestal de los Peñoncillos

Poco después, nos desviamos a la izquierda, tomando el sendero señalizado de la Cañada del Sereno.

El sendero está muy bien conservado y limpio y transcurre por un terreno algo pedregoso y en ascenso, suave, pero continuo.

Hemos pasado de la zona de umbría a una más soleada, y éste sol de invierno, aunque suave ... nos reconforta.

Vamos a media ladera por la zona de El Quemado y después por El Jardín, teniendo unas extraordinarias vistas, a nuestra izquierda: un encinar repoblado que intenta recuperar el bosque de antaño, con varias especies de encinas, enebros y matorral de sotobosque: romero, jara blanca, tomillo, aulaga, mejorana, zarzamora, esparto y cantueso, muy característicos del bosque mediterráneo. Una joya para el amante de la botánica.

Alcanzamos a un pequeño grupo de senderistas: un par de parejas de padres, con sus hijos, y cierra el grupo la pequeña Maya, de sólo 2 añitos... la "senderista" más joven que he conocido hasta ahora…

Se abre el paisaje y llegamos al Barranco de los Corrales. Aquí encontramos las ruinas de una construcción de piedra. Se trata de los antiguos Corrales, utilizados para resguardar el ganado que pastaba en estos territorios.

Cañada del Sereno

En el Mirador de la Zarraca, apenas nos detenemos un momento, para disfrutar del paisaje y nos cruzamos con un trío de senderistas, que vienen en dirección contraria y van acompañados con un joven galgo, muy bien abrigado, con su ropaje de lana multicolor.

La quietud y serenidad del entorno que nos rodea, sólo se ve, agradablemente alterado, por el trino de algunos pajarillos.

Cuando vamos pasando por el Barranco de los Cajeros, nos adelanta un grupo de ciclistas de montaña, al que hemos oído tras nosotros un poco antes, quejándose... de "la polla del cambio...".

A la altura del Barranco de la Majada de los Mármoles, hacemos una muy corta parada en el Mirador del Barranco de los Mármoles, para disfrutar de las maravillosas vistas panorámicas que éste encantador entorno nos ofrece: del Cerro de las Carabelas (1.582 metros), Cerro del Maúllo, Cerro de la Cruz de Víznar (1.556 metros), Cerro de la Cueva del Agua (1.601 metros), y en general de la Sierra de la Alfaguara (al frente) y de la Sierra de la Yedra (a la derecha).

Seguimos subiendo, suavemente, hasta llegar al Mirador de Polvorite, donde hacemos un receso para comer: Balto acaba rápidamente con su ración de ruta y poco después, comienza a pedir a Luís, parte de sus bocadillo... y ante la negativa... se vuelve, pensativa pero contenta, a contemplar el precioso paisaje invernal que nos rodea con vistas del Cerro del Corzo, de la Solana de las Minas, del Peñón del Púlpito y del Peñón de la Mata, momento que aprovecho para capturar su imagen con una foto…



Tras reponer fuerzas, comiendo y bebiendo, comenzamos a bajar, hacia el Barranco de las Perdices. El terreno es inclinado y el sendero zigzaguea para hacer un poco más suave el descenso. Nos cruzamos con una pareja, que vienen subiendo, por ésta zona de pinar de repoblación. Por las lluvias de éstos últimos días el terreno, en ésta zona de umbría, está muy húmedo y resbaladizo, por lo que descendemos con mucha precaución, clavando bien los bastones, y con paso corto…

Tras vadear el arroyo del Barranco de Polvorite, llegamos a una pista forestal que viene desde la autovía A-92: se interna en el Parque Natural y bordea el Cerro Garay. En éste punto, seguimos a la izquierda, en suave subida, que poco después, coronamos y seguimos bajando.

Siguiendo esta pista paralela al cauce del Barranco de Polvorite, encontramos unas señalizaciones que indican varias direcciones. Seguimos hacia la izquierda, bajando por un sendero, que nos lleva hacia el Calarillo de las Minas. Luís me comenta, que la zona por la que estamos pasando... es la que él utilizaría para rodar una película de indios... y es verdad... pues lo cambiante del terreno en el roquedal que atravesamos sería un escenario idóneo... y la imaginación como es libre: podríamos ver salir de algún recodo una partida de apaches cabalgando sobre sus briosos cimarrones…

El sendero nos lleva a un lugar sobresaliente e interesante. Es el Peñón del Púlpito (1.426 metros): una impresionante mole pétrea, partida en dos por el cauce del barranco del Polvorite. Es un terreno calizo, muy fragmentado, en el que el agua se filtra con mucha facilidad. Sobre el Púlpito sólo prolifera vegetación rupícola (sobre las rocas), algunas encinas de pequeño porte en forma de arbustos y una especie de tomillo que crece sólo en las rocas dolomías. Aquí es usual la presencia de cabras montesas, que encuentran en estos riscos su hábitat perfecto.

A la derecha del cerro, sobre la dolina, encontramos una bella pradera con distintas especies de pinos de repoblación.

Rodeamos la mole del Peñón del Púlpito y salimos de la pradera por un sendero, que desciende, entre pinos.

Vadeamos el barranco que traíamos a nuestra derecha, por un pequeño puente y enlazamos de nuevo con la pista forestal. Seguimos a la izquierda, bajando.

Oímos cascabeles y vemos movimiento sobre la ladera del Cerro del Carbonero, a nuestra derecha... poco después nos encontramos con un par de personas que forman parte de una batida de caza. Desde la pista forestal, rifle al hombro y conectados al teléfono móvil, controlan la posible salida, ladera abajo de algún jabalí…

Nos avisan que tengamos cuidado con Balto, por si llegara a la pista alguno de los perros de la rehala... pues pueden ser peligrosos… Da susto solo imaginarlo.

Continuamos descendiendo por la pista forestal hasta llegar a la Fuente de la Teja: situada en pleno corazón del Parque Natural; es el primer aporte de agua a la cuenca del Darro. La permeabilidad de las rocas calizas de esta zona hace que el agua de la lluvia se filtre hacia el interior de la tierra. Cuando llega a espacios en los que no puede filtrarse, reaparece de nuevo, en la superficie, en forma de manantiales y fuentes. Es lo que ocurre en la Teja, el lugar considerado como el manantial más alto de la cuenca y el verdadero nacimiento del río Darro.

Antigua fuente de la Teja

La Fuente de la Teja fue habilitada por el Icona con un área recreativa y como un punto de referencia de sus trabajos de repoblación forestal. Cada domingo de la primavera y el verano, desde mediados los años sesenta hasta casi final del siglo XX, la zona se convertía en el punto de reunión de familias para pasar un día en el campo. Pero la masificación, la incontrolada llegada de coches y el peligro de incendio, provocó el cierre de los carriles.

Hoy, la Fuente de la Teja, es lugar solitario y privilegiado: tras casi dos décadas de mínima presencia humana, se ha naturalizado poco a poco y la vegetación de repoblación, comienza a formar parte del ecosistema. Pero de la fuente no mana agua: una dura consecuencia de la pertinaz sequía que la península ibérica en general está sufriendo de unos años para acá…

Fuente de la Teja actual

Como a 200 metros de la Fuente de la Teja, nos detenemos en el Pilar del ICONA. Saludamos a un grupo de senderistas que se encuentran allí, comiendo y descansando. Hacemos una cata del agua del pilar, bebiendo del helado caño metálico: es fresca y deliciosa... y tras despedirnos de los comensales, continuamos nuestro camino.

La umbría domina el entorno que nos rodea. El agua cristalina, recién surgida de la tierra, forma pequeños torrentes, entre cantos rodados y arenas de aluvión con capas de color amarillo. Es el color del arroyo dorado que los romanos bautizaron como Dauro (el río que "da oro") y los árabes como AhDarro, aunque puede que esa tonalidad que las piedras y arenas adquieren en estos inicios de su cauce se deba al mineral de hierro y cobre... y no a la presencia del preciado metal amarillo, aunque en la antigüedad, hay constancia que se extrajo oro de las arenas del Darro.

Sauces, alamedas, choperas, olmos, y vegetación de ribera, como juncos y zarzas, son nuestros compañeros en éste tramo del camino.

Pasamos junto a algún roquedal invadido por la hiedra y poco después llegamos a la encrucijada de la Veguilla. A la izquierda, el camino sube hacia la Casa Forestal de Los Peñoncillos. Nosotros seguimos a la derecha, bajando. Para inmediatamente después, dejar el camino y desviarnos a la izquierda, por un estrecho sendero que va paralelo al cauce del río Darro, que en éste tramo lleva muy poca agua, que en poco, es absorbida por las arenas, convirtiéndose en aguas subálveas.

En varias ocasiones el sendero nos lleva a cruzar el cauce seco del río Darro.

Pasamos por un camino, dejando a la izquierda una antigua alberca, donde en verano, en la década de 1970, bajaban a bañarse los adolescentes de la institución Juan XXIII que se alojaban en la cercana y ya desaparecida Casa Forestal de la Vegueta del Gato.

El camino que hemos andado un rato se hace sendero al llegar a un bosquete de cedros y las gotas de humedad depositadas en sus agujas, producen un caleidoscópico efecto arcoíris multicolor precioso.

Bosque de cedros junto al rio Darro

Tras pasar junto a una cerrada en la que el cauce del río se encajona, llegamos a la zona de El Nacimiento, donde el cauce del río Darro, vuelve a tener agua: la Fuente Grande y la Fuente de los Porqueros aportan su muy menguado caudal. Aprovecho para catar sus aguas: está buena, pero no tan fresquita como la del Pilar del ICONA.

Manantial del rio Darro

Dejamos a la derecha una cascada, que me dice Luís, siempre ha visto con caudalosa agua que formaba en su base una gran poza en la que él se ha bañado, pero que hoy está casi seca…

Llegamos a un cruce, a la izquierda el camino sube hacia la Cueva del Señor. Seguimos, recto, por terreno completamente llano, siguiendo el curso de la encauzada acequia de Huétor Santillán. Junto al camino hay colocados, de trecho en trecho, bancos metálicos para descanso de los paseantes.

Pasamos el Tajo de Carraspichi y, poco después, Balto deja el camino, desviándose a la derecha, bajando, por un camino hormigonado. Nosotros la seguimos.

Ya divisamos el gran puente de la autovía y el casco urbano de Huétor Santillán.

Llegando a Huétor Santillán pasando bajo el gran puente de la autovía

Tras pasar bajo el puente de la autovía, subimos y enlazamos con la Cuesta de la Era, por la que bajamos hacia el centro del casco urbano, donde ponemos punto y final a ésta preciosa Ruta por el Parque Natural de la Sierra de Huétor, que ya ha dejado de estar en blanco en mi "Mapa Mental": me llevo en mi memoria sus colores, olores, silencios, sonidos, paz, armonía y la sensación de que somos unos seres privilegiados... de poder disfrutar de todas estas Maravillas de la Naturaleza.

Muchas gracias, Luís, por éste hermoso regalo que me has proporcionado.

Nota: Me pediste al acabar la Ruta que hiciera una breve descripción, pero, como casi siempre... me he pasado en espacio... Te pido disculpas... pero no puedo eliminar ni un párrafo... Lo dejo a tu sensato criterio.

Otra nota: Fenomenal y emotiva descripción. Así está y así se queda. Un hermoso testimonio de dos caminantes que se integran en el Bosque Habitado.

Datos de la ruta:
- Senderistas: 2 y la perrita Balto.

- Recorrido: Circular,  22 kms.
- Dificultad: Media. Índice de dificultad IBP 72 HKG. Ver más datos IBP aquí>>> 
- Acumulado:  607 m subiendo;  616 m bajando.
- Tiempo en movimiento:  5h 58 min
- Velocidad media:  3,7 kms/h

Perfil y track de la ruta:

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